sábado, 8 de septiembre de 2012

Cristales rotos

Y aquí estoy en vez de haberme ido de marcha como debería haber hecho, soportando el peso de mi dolor sobre la espalda y clavándose en mi pecho como trozos de cristales punzantes.

Llega un punto en el que debería ser posible deshacerse de la cabeza de uno mismo, desechar los recuerdos, el dolor y conservar sòlo en una especie de usb los recuerdos buenos para introducirlos en tu nuevo yo. Sí, lo que nos completa es lo bueno y lo malo y de todo se aprende. Pero creo que ya me he doctorado y no quiero ser más inteligente en ciertas cosas. Es más, me gustaría no saber nada, para volver a saber lo que es pasear por la noche escuchando música sin sentir que el oxígeno de la noche ha dejado de existir.


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