domingo, 30 de septiembre de 2012

Reconstruyéndome

Pues aquí estoy. Y la vida aún no ha podido conmigo. Y ahora soy yo el que la desafío a que me dé más vida de la que puedo soportar. Veremos quien gana.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Eres tú, David?

Y de repente me lo pregunto y no me sé contestar. ¿Todavía soy yo? ¿Todavía queda algo del David que fui?

Y lo peor es que no sé cual prefiero.

Al final, el resultado acaba siendo el mismo...

sábado, 8 de septiembre de 2012

Cristales rotos

Y aquí estoy en vez de haberme ido de marcha como debería haber hecho, soportando el peso de mi dolor sobre la espalda y clavándose en mi pecho como trozos de cristales punzantes.

Llega un punto en el que debería ser posible deshacerse de la cabeza de uno mismo, desechar los recuerdos, el dolor y conservar sòlo en una especie de usb los recuerdos buenos para introducirlos en tu nuevo yo. Sí, lo que nos completa es lo bueno y lo malo y de todo se aprende. Pero creo que ya me he doctorado y no quiero ser más inteligente en ciertas cosas. Es más, me gustaría no saber nada, para volver a saber lo que es pasear por la noche escuchando música sin sentir que el oxígeno de la noche ha dejado de existir.


domingo, 2 de septiembre de 2012

Días en los que sòlo apetece dormir

La decepciòn ante uno mismo es la peor enfermedad. Ver que al final no eres fuerte, que no eres capaz de quererte lo suficiente como para mandar a la mierda los recuerdos y las partes trituradas e inservibles de tu corazòn... ¿Cuántas veces te has repetido hasta aquí? ¿Cuántas veces te has dicho y prometido no volver a caer en el sufrimiento y en la autocompasiòn provocada por la soledad que deja un amor fugitivo? No, parece que no aprendo. Y lo pepr de todo es que objetivamente lo veo y me escupo por ello. Por no ser capaz de cambiar. Por quedarme siempre en intentos fallidos, en cataclismos de lágrimas y ansiedad.
Me podría prometer que nunca más voy a caer. Pero eso ya lo he hecho muchas veces y no sé si lo cumpliré. Prefiero esperar al día en el que de verdad lo haga para volver a hablar de ello.

Hasta entonces, simplemente lucharé.